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Mermelada casera de mandarina
Siempre me ha gustado mucho la mermelada y he hecho algunos experimentos con distintas frutas. Pero la mermelada de mandarina realmente destaca. Tiene ese sabor brillante y cítrico que hace estallar cualquier tostada, pastel o yogur al que se la añada. Con esta receta, podrás disfrutar del frescor invernal incluso en la estación más fría.
Ingredientes
- 1 kg Mandarinas
- 1 kg azúcar
- 1 grande Limón exprimido
- 1 Taza agua
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Procedimiento
Para hacer mermelada de mandarina, primero hay que lavar bien las mandarinas. Por mis años de experiencia, recomiendo utilizar mandarinas ecológicas, ya que utilizaremos tanto la pulpa como la cáscara, y la fruta ecológica contiene menos pesticidas.
Pele las mandarinas y conserve también la cáscara. En esta fase, debe asegurarse de retirar todas las partes blancas de la cáscara, ya que pueden provocar un sabor amargo al preparar la mermelada.
Corte la piel de la mandarina en tiras finas. No debe quedar demasiada piel blanca en las tiras, ya que puede amargar la mermelada.
En un cazo grande, añadir el azúcar, las mandarinas cortadas en tiras, el zumo de limón y el agua. Esta mezcla debe llevarse a ebullición, removiendo constantemente, lo que ayudará a disolver completamente el azúcar y conseguir una consistencia uniforme.
Reduce el fuego a bajo y deja que la mezcla cueza a fuego lento. Tenga en cuenta que una temperatura demasiado alta podría caramelizar la mezcla y afectar al sabor de la mermelada.
Remover suavemente la mezcla cada 15 minutos hasta que haya espesado. Este proceso puede durar hasta una hora y media, pero créeme, el resultado merece la pena.
En cuanto la mermelada de mandarina haya alcanzado la consistencia deseada, viértala caliente en tarros esterilizados y ciérrelos.
Su mermelada casera de mandarina, maravillosamente aromática, ya está lista para disfrutarla o regalarla. Se conservará entre 6 y 12 meses, ¡si es que puedes dejarla intacta tanto tiempo!