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Salsa marinada de chile dulce y picante
Este adobo de guindilla dulce aporta el equilibrio perfecto entre dulce y picante, con un toque ácido que hará bailar a sus papilas gustativas.
Ingredientes
- 1 taza Salsa de chile dulce
- 1⁄4 taza vinagre de arroz
- 1⁄4 taza Salsa de soja light
- 1⁄4 taza Miel
- 2 clavo Ajo picado
- 1 cucharada Jengibre fresco picado
- Ralladura de una lima
- Zumo de una lima
- 1 cucharadita aceite de sésamo
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Procedimiento
Empiece preparando todos los ingredientes, esto no sólo agiliza el proceso sino que también garantiza que no se olvide nada. Recuerda que la salsa de chile dulce es la base del adobo y aporta el sabor principal, así que elige una que te guste de verdad.
En una cacerola mediana, combinar la salsa de chile dulce, el vinagre de arroz, la salsa de soja y la miel. A fuego medio, remueva estos componentes continuamente hasta que se mezclen, normalmente unos 3-4 minutos.
Mientras se calienta la mezcla, pique el ajo y el jengibre muy finos. Así se integrarán bien en el adobo y liberarán mejor su sabor.
Añade el ajo picado y el jengibre a la cacerola, removiendo para mezclar. No tengas miedo de añadir un par de dientes de ajo más si eres un fanático, ¡sólo realza los sabores!
A continuación, añade la ralladura de lima, el zumo de lima y el aceite de sésamo a la sartén. La ralladura de lima realza el sabor cítrico de una forma mucho más intensa que el zumo solo, y el aceite de sésamo añade profundidad y riqueza al adobo.
Remover bien el adobo durante otros 3-4 minutos. A estas alturas, el adobo de guindilla dulce debería haberse reducido ligeramente y espesado. Reduce el fuego y déjalo cocer a fuego lento unos minutos más, removiendo de vez en cuando.
Una vez enfriada, la marinada está lista para usar. También se puede conservar en un recipiente hermético en el frigorífico hasta 10 días. No se preocupe si el adobo se espesa un poco más en el frigorífico, ya que volverá a soltarse una vez caliente.