Fuente: Pixabay: RitaE
Tradicional Fabada gallega
La fabada gallega es uno de esos platos que me transporta directamente a mi niñez. Mi abuela guisaba la fabada a fuego lento con todo el amor y paciencia del mundo. Cada vez que cocino esta receta me trae recuerdos increíblemente cálidos y llenos de amor. La aroma que desprende al cocinarla, la mezcla de sabores, y la combinación de texturas son simplemente insuperables. Con esta receta quiero compartir una parte de mi historia y mi amor por la buena comida.
Ingredientes
- 500 g de fabes frescas
- 1 chorizo gallego
- 1 morcilla gallega
- 150 g de panceta ibérica
- 1 cebolla
- 1 lista de laurel
- Aceite, agua sal y pimentón dulce
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Procedimiento
Enjuaga las fabes bajo agua fría. Ponlas en un recipiente grande y cúbrelas con agua. Deja que se hidraten durante la noche. Este paso es esencial para que las fabes estén en su punto perfecto de cocción.
Al día siguiente, coloca las fabes en una olla grande. Añade el chorizo, morcilla, panceta, la cebolla entera pelada, los dientes de ajo y la hoja de laurel. Cubre todos los ingredientes con abundante agua.
Lleva la olla a fuego medio hasta que empiece a hervir. Cuando empiece a hervir, baja el fuego a medio-bajo, tapa la olla y deja cocer durante 2 horas. Es importante que la cocción sea lenta y controlada para que los sabores se mezclen correctamente.
Durante la cocción, vigila la olla y añade más agua si es necesario. Recuerda remover de vez en cuando para que los ingredientes no se peguen al fondo de la olla.
Pasadas las 2 horas, retira la cebolla y los ajos de la olla y tritúralos con un tenedor. Devuélvelos a la olla y añade una pizca de sal y pimentón dulce al gusto. Deja cocer durante 15 minutos más para que los sabores se fusionen por completo.
Sirve la fabada caliente y disfrútala con pan fresco.